10 de los lugares más salvajes de la Ruta Costera del Atlántico
Con su paisaje virgen, su escarpada costa y sus famosos cuarenta tonos de verde, Irlanda es el lugar ideal para quien desee sumergirse en la naturaleza. Y cuando se trata de espacios naturales increíbles, la Ruta Costera del Atlántico no defrauda. Elige entre majestuosos Parques Nacionales, escarpados acantilados marinos e inquietantes valles de gran belleza... es hora de volverse salvaje.
Península de Beara, condado de Cork
1. Península de Beara, condado de Cork
Adentrándose en el Océano Atlántico, la península de Beara, en Cork Occidental, es de lo más salvaje que se puede encontrar. Su paisaje, escarpado pero hermoso, está salpicado de pintorescos lagos, majestuosas colinas y serpenteantes carreteras que bordean la costa. Hay una ruta ciclista panorámica para los que quieran ceñirse a las carreteras principales, pero para los más aventureros de corazón, una excursión por las montañas de Caha es una experiencia inolvidable. Si bien están escasamente pobladas, hay una serie de magníficos pubs en la ruta, donde el queso local o el marisco fresco acompañados de una pinta de cerveza negra son imprescindibles.
Parque nacional Wild Nephin, condado de Mayo
2. Parque nacional Wild Nephin, condado de Mayo
Esta remota zona del Parque nacional, compuesta por una vasta extensión de montañas y pantanos vírgenes, atraerá a cualquiera que desee alejarse de todo. Además de ser uno de los lugares favoritos de los observadores de aves, hay varias rutas de senderismo, una de ellas a través de la sierra de Nephin Beg, conocida por ser la mayor extensión de pantano de Irlanda. La zona también presume de impresionantes vistas costeras, con escollos marinos salvajes, acantilados escarpados y colonias de aves marinas buceadoras. También hay aquí varios lugares históricos, como Carrowteige, que se hizo famoso en la leyenda mitológica de los Hijos de Lir.
Mullaghmore Loop, The Burren, condado de Clare © Consejo del condado de Clare
3. The Burren, condado de Clare
Famoso a nivel mundial por su paisaje lunar y su flora alpina, The Burren ha sido durante mucho tiempo un imán para geólogos y botánicos. Pero también es el lugar ideal para senderistas, amantes de la naturaleza y cualquiera que desee sumergirse en un cautivador paisaje kárstico calcáreo. Los 500 metros cuadrados de costa rocosa, rodeada de colinas, están salpicados de especies raras de flora con una variedad de colores llamativos. También hay una red de cuevas y cámaras subterráneas, por lo que los aficionados a la historia disfrutarán con los restos arqueológicos, como el Poulnabrone Dolmen, que ofrece una visión de un pasado muy antiguo.
Skellig Michael, condado de Kerry
4. Skellig Michael, condado de Kerry
Ubicada a 11 km de la costa del condado de Kerry, Skellig Michael, que fue inmortalizada en Star Wars: El despertar de la Fuerza y Star Wars: Los últimos jedi, hay que verla para creer que existe. Famosa por sus asentamientos monásticos del siglo VI, Skellig Michael es un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que ofrece una experiencia inolvidable y emotiva a quien suba a su cima para contemplar la impresionante belleza y su aislamiento, así como los restos de un monasterio que fue habitado por monjes durante 500 años. Los aficionados a la fauna tendrán su recompensa con el avistamiento de frailecillos y alcatraces, algunos de los cuales deambulan tranquilamente entre los curiosos visitantes humanos.
Twelve Bens, condado de Galway © Big Smoke Studio
5. Twelve Bens, condado de Galway
Hay muchos lugares salvajes e indómitos en Connemara, pero la cruda belleza de la región se personifica en la imponente cordillera de Twelve Bens. Los senderistas que quieran explorar la zona encontrarán muchos senderos, al igual que los que busquen tranquilidad y soledad. Diamond Hill es una rutaagradable, totalmente señalizada, que se recorre en una hora y media por el sendero inferior. Es muy escénica y alberga muchos pueblos pintorescos que visitar para tomar unos merecidos tentempiés.
Parque nacional de Glenveagh, condado de Donegal © Chris Hill Photographic
6. Parque nacional de Glenveagh, condado de Donegal
Conocido como uno de los mejores lugares para avistar fauna salvaje en Irlanda, Glenveagh alberga una de las mayores manadas de ciervos rojos del país, así como el águila real, que fue reintroducida en Irlanda en el 2000, tras haber estado extinguida en estado salvaje durante más de 100 años. Se trata del segundo parque nacional más extenso del país, un paisaje remoto pero impresionante que ofrece una gran variedad de paseos que se adaptan a todos los niveles de habilidad. También cuenta con un castillo, un centro de visitantes y jardines paisajísticos. Al mismo tiempo, quien desee alejarse de todo puede optar por una serie de rutas que se alejan de los caminos trillados.
Cabo Mizen, condado de Cork © Dave Walsh
7. Cabo Mizen, condado de Cork
El extremo más meridional de Irlanda, el cabo Mizen, se adentra en el Atlántico, tanto que es casi una isla, unido al continente por un puente. La estación de señales y el faro, famosos por sus espectaculares acantilados y sus incomparables vistas del océano, en las que suelen aparecer focas, ballenas, delfines y otros animales marinos y aves, son muy populares entre los visitantes. Pero para los que quieran deleitarse con la paz y tranquilidad, la cercana península de Sheep's Head está repleta de estupendas rutas a pie y vistas del Atlántico.
Valle Negro, condado de Kerry
8. Valle Negro, condado de Kerry
A pesar de su nombre, el Valle Negro del condado de Kerry no se llama así por el color de la tierra, sino porque estuvo sin electricidad hasta 1976. Ubicado en el extremo sur de la cordillera de MacGillycuddy Reeks, con el Gap of Dunloe al sur y el Moll’s Gap al norte, este remoto valle es un imán para los senderistas que desean experimentar la belleza natural de la zona. Es ideal para quien busque paz y tranquilidad, pero es importante saber que la cobertura de telefonía móvil a menudo puede ser irregular.
Valle de Doolough, condado de Mayo
9. Valle de Doolough, condado de Mayo
Enclavado entre montañas y lagos, el entorno virgen del valle de Doolough es un antídoto contra el ajetreo de la vida moderna. Ubicado a solo 30 km de Westport, esta hermosa zona está rodeada por Ben Lugmore y Ben Gorm y es un refugio para excursionistas, escaladores y amantes de la naturaleza. También es un lugar para recordar una época trágica de la historia irlandesa, ya que alberga un monumento de piedra a la Hambruna en memoria de los que murieron en 1849.
Montaña Benbulbin, condado de Sligo
10. Montaña Benbulbin, condado de Sligo
Formada durante la Edad de Hielo, la montaña Benbulbin es un paisaje imponente. Sin duda, la cadena montañosa más distintiva de Irlanda, con su característica «cima de mesa». La cima plana es el lugar perfecto para disfrutar de unas vistas impresionantes de la campiña circundante del condado de Sligo, de la bahía de Sligo e incluso, en ocasiones, de las colinas de Donegal. Subir a pie hasta la cima ya es una experiencia en sí misma, puesto que hay abundante flora y fauna, como liebres, zorros salvajes y plantas que se remontan a la Edad de Hielo. El paisaje es siempre cambiante, con ríos, barrancos salvajes, cascadas, huellas glaciares y un escarpado acantilado. Los amantes de la literatura también disfrutarán visitando la tumba de WB Yeats en el cementerio de Drumcliffe, ubicado en las cercanías.