Los poetas de Irlanda y los lugares que aman

Ya en el siglo VI, los bardos actuaban como cronistas oficiales de la historia y satíricos poderosos que nadie quería enfadar. La alfabetización llegó con el cristianismo en la tierra de los santos y los eruditos, y la poesía floreció en las tradiciones orales y literarias de Irlanda. La poesía irlandesa sigue siendo un arte animado, respetado y relevante, y ofrece una nueva perspectiva a los visitantes que buscan un sentido de lugar auténtico y matizado.

Galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1923, William Butler Yeats fue un gigante de la literatura irlandesa del siglo XX y de la historia irlandesa. Gran parte de su poesía se inspiró en su amado condado de Sligo, donde la «pequeña trucha de plata» sigue nadando en lagos y arroyos, y los bosques de avellanos aún resguardan a estas tierras montañosas. Visita la tumba de Yeats en el asentamiento monástico del siglo VI de Drumcliff, bajo la sombra plana y estriada de la montaña de Ben Bulben.

Sube a bordo del Rose of Inishfree para contemplar la inmortalizada isla del lago de Innisfree en Lough Gill. Descarga la aplicación Yeats of Society Sligo para «estar donde él estuvo» en este paisaje místico, con senderos forestales, costeros y de montaña para caminar, montar en bicicleta o conducir, todo ello enriquecido con vídeos, fotografías y recitales de poesía.

Seamus Heaney ganó el Premio Nobel en 1995 y su poesía toma prestadas imágenes de toda la isla de Irlanda, desde las calzadas de piedra caliza de Flaggy Shore, en el condado de Clare, y su querida Glanmore, en el condado de Wicklow, hasta los mantos de los pantanos en el norte y en el sur. Heaney encontró la inspiración en lugares como Gweebarra y Carrickfergus, así como en la gente y las historias que evocaban.

Sin embargo, ningún lugar modeló más al hombre y sus palabras que su natal Bellaghy, en el condado de Londonderry, como se explica en su centro de visitantes HomePlace con exposiciones in situ y la experiencia Open Ground fuera de las instalaciones. Esta experiencia invita a los visitantes a descubrir la reserva natural de humedales de la playa de Lough Beg, los remolinos del río Moyola en Castledawson, el caladero de anguilas de Toomebridge en las orillas de Lough Neagh y otros lugares hermosos inmortalizados en la obra del poeta.

Patrick Kavanagh fue una figura característica del paisaje urbano y cultural de Dublín en las décadas de 1940 y 1950, y ahora vive en forma de estatua a orillas de su Gran Canal. De joven, inició su vida y carrera profesional como poeta en Inniskeen, en el condado de Monaghan, donde trabajó el «suelo gris y rocoso» de la pequeña granja de su familia hasta los 36 años.

El destino tenía otros planes él, como posteriormente se demostró. «Hice mis pinitos con el verso y se convirtió en mi vida». Puedes mejorar tu experiencia con la belleza rural que fundamentó su obra en la No Earthly Estate Poetry Jukebox, una instalación fascinante en la que se pueden escuchar algunos de los poemas más apreciados de Kavanagh, como «Carretera de Raglan» e «Inniskeen Road: tarde de julio», mientras contemplas la orilla del río Fane, paseas por la ruta de Kavanagh y visitas el Patrick Kavanagh Centre.

Nuala Ní Dhomhnaill, una de los poetas más originales que escriben en irlandés, nació en Lancashire (Inglaterra) en 1952. Sus padres hablaban irlandés, pero se crió hablando inglés. A los cinco años, se mudó al pequeño pueblo Gaeltacht de Cahiratrant, en el condado de Kerry, y se enamoró del irlandés, que se convertiría en su lengua escrita preferida.

Su poesía está impregnada de los antiguos mitos y leyendas del folclore, codificados tanto en el idioma irlandés como en este paisaje evocador al que regresó a lo largo de su vida. Se ha inspirado en gran medida en el «poder místico» del monte Brandon y los picos y colinas circundantes, como Cnoc na Leataithe, con su tumba megalítica conocida como «La cama del hombre del Munster».

A mediados de los 80, Medbh McGuckian se convirtió en la primera escritora residente de la Queen’s University de Belfast, donde su mentor y exprofesor, un tal Seamus Heaney, la inspiró para cambiar su nombre de nacimiento: Maeve. Sus poemas son estampas profundamente personales de una vívida vida interior, contrapuestas a fragmentos oníricos de su experiencia en Belfast y los glens y playas circundantes del condado de Antrim, con sus días neblinosos, cielos cristalinos, colinas extrañas y montañas sin límites.

Colecciones prolíficas como «On Ballycastle Beach» y «The Currach Requires No Harbours» captan la «anatomía atlética de las olas» y el «infinito movimiento enérgico del agua», así como cielos «abriéndose desde una tranquila carretera vallada hasta un campo de cardos», describiendo el entorno y el lugar con un estilo convincente que adopta varias formas.

En 2014, para celebrar el 70º cumpleaños de la aclamada poeta irlandesa Eavan Boland, se lanzó «A Poet’s Dublin», que es tanto una colección de algunos de los poemas más famosos de Boland con sus propias fotografías de Dublín, publicada por Carcarnet, como un animado y fantasioso sitio web creado ese mismo año para acompañar una exposición con las imágenes y los poemas del libro.

Ambos ofrecen un viaje sublime y fascinante por la Dublín en la que vivió esta poeta talentosa, con grabaciones de la propia Boland leyendo y reflexionando sobre poemas seleccionados (e, inusualmente, obras en prosa) basados en su ciudad natal. Ofrece una invitación hermosa para explorar sus puertos, colinas, suburbios, la vida en sus pubs y curiosidades locales como el cementerio Huguenot y el Museo de la Muñeca.